Laurence Olivier y su flechazo por Vivien Leigh
El día de Sant Jordi de 1939, Sir Laurence Olivier escribió a su
amada lo siguiente: “Realmente te amo y te adoro, mi Jewelkin. Estás en
mis pensamientos y noto fuertemente tu peso en mi corazón todo el
tiempo. Solo existo cuando te veo de nuevo y ni eso es suficiente”. El
muy romántico actor se dirigía por carta a la que fue el amor de su
vida, Vivian Leigh. Olivier tuvo la fortuna de poder amarla.
El amor entre Vivien Leigh y Laurence Olivier nació sobre las tablas. Al menos, el flechazo que llevó a él: Olivier, casado con Jill Esmond, quedó pasmado al acudir al Ambassador’s Thatre de Londres y ver a la joven Vivien interpretar a Henriette Duquesnoy en La máscara de la virtud.
Ella estaba casada entonces con Herbert Leigh Holman. El destino hizo que dos años después coincidieran en la película Inglaterra en Llamas y ambos se decidieron a ser infieles.
Divorciados ambos de sus respectivas parejas y con una hija ella de Leigh Holman, se casaron en 1940. Las primeras fisuras en tan apasionado matrimonio aparecieron tras los primeros síntomas de trastorno bipolar en la actriz.
En su biografía, Olivier se refirió a la enfermedad de este modo: “A lo
largo de su posesión por ese monstruo, con sus mortíferas espirales
cada vez más estrictas, conservó la habilidad para ocultar su verdadera
condición mental a casi todos, excepto a mí”. El estado emocional de la
actriz se agravó tras un aborto espontáneo y el divorcio llegó en 1960.
Por entonces, ya le costaba trabajar con normalidad.
Ese mismo año se
fue a vivir con el también actor Jack Merivale.
En 1967 a Leigh
le fue diagnosticada tuberculosis, enfermedad que ya sufriera 12 años
antes, pero que esta vez, inexorablemente, se la llevó como el viento en
julio de ese mismo año. Cinco semanas antes, Sir Laurence Olivier le escribió su última carta de amor; ella jamás dejó de usar el título Lady Olivier.
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